1 de julio de 2009

FACETAS: EQUIVOCADO


Equivocado... Pronto


- “¿Cuando ocurrió?”
- “En la tarde, unos niños lo confirmaron con tu prima”
- “¿Y como esta ella?”
- “Ya te puedes imaginar, esta destrozada, todos están muy tristes aquí”
- “¿Fue instantáneo o duró consciente un rato?”
- “Cayo por la ventana y los niños lo vieron moverse un poco al estar en el suelo, luego murió”
- “Mamá, estoy un poco deprimido, no te voy a molestar más por teléfono”
- “Cuídate mucho por favor, ¿Cuando dejas Venezuela?”
- “En dos días, no soporto este sitio, saluda a mi papá y a mi hermana”
- “Dios te bendiga, chao hijo”
- “Gracias mamá, chao”

Cuelgo el teléfono. Miro a través de la ventana y recuerdo al gato. Detesto tener la razón y saber las cosas antes que ocurran, sabía que esa puta ventana nunca debía abrirse. La rabia empieza a aparecer, de solo imaginarme el momento en que el gato cayó y dejo este mundo. No puedo imaginar lo que sintió el gato, donde estará, simplemente nada, ausencia, solo queda eso, ausencia. Me siento hipócrita en pensar en la advertencia que dije del gato, como si vilmente yo hubiera sabido que alguien por descuido iba a dejar esa ventana abierta en particular.

Compro un six-pack de cerveza en el supermercado de la esquina y le pregunto al dueño si me puede cambiar unos dólares, el tío se pone de mal humor y me manda a la mierda porque en su republica bolivariana el dólar es una moneda ilegal y que más vale que salga de su establecimiento o me manda a sus putos militares que se encuentran en una especie de parqueadero al frente del supermercado. Bolívar mi polla cabrón iluso.

- “En el casino del centro comercial te pagan bien los dólares” – Dice una anciana
- “¿Allá no forman semejante bulla?” – Le pregunto
- “No, suelo cambiarlos siempre cuando mi hija viene de visita del exterior” – Responde la anciana

Me dirijo hacía el famoso casino, con esperanzas de no encontrar problemas por la guita que llevo, esperando que me sea cambiado a una buena taza el famoso dólar negro, aquel que te pagan en este país por el doble y a veces más por el hecho de que todo mundo se quiere largar de aquí, porque simplemente su dictador daño todo según algunos y arreglo todo según otros. A mi solo me interesa que me los paguen bien porque la guita se me está empezando a acabar y me quiero largar de aquí, simplemente pienso que fue un error haber pisado este lugar, solo queda dinero para el próximo destino y luego empezar a mirar como llego al final de este auto-exilio.

Socialismo. Que bonito suena, y que mierda cuando lo ves. Recuerdo que esa palabra solo sirve para las universidades, un sistema creado por Marx, financiado por los bancos con el objetivo de crear conflictos entre naciones para que generen una guerra de la hostia, se endeuden y se maten, pedazo de hipócrita. Aquella palabra solo suena bien cuando te encuentras en la universidad, a ritmo de tambor revolucionario con tus jeans gastados, mochila de chapinero y predicando la igualdad de clases para mostrar tu apariencia de rebelde. Yo fui uno de esos huevones, recuerdo como me molestaba Alejandro y Lucho… razón tenían los capullos. Cuando ves el socialismo ante tus ojos, simplemente te vas de culo.

Llego al casino, muestro la guita y me hacen la venia. Me dirigen a la caja registradora del fondo, pregunto la taza de cambio, hago cuentas de cuanto necesito, saco el billete, me dan el cambio y me voy a tomar por culo, no sin antes observar como en este lugar se aglomera desde el gerente hasta el gañan, tratando de duplicar el dinero, porque simplemente la base económica de aquí se la llevo el carajo.

- “¿A donde lo llevo?”
- “Al centro comercial más cercano por favor” – Le respondo al taxista

Bebo una tercera lata de cerveza y me pongo a hablar con el taxista, notando que el tipo detesta su condición de patria. Noto que esto de la clase opositora sobrepasa cualquier clase de expectativa, es un gobierno que se pasa por encima al que sea, con tal de seguir manipulado la mente de los débiles, de los niños, de los estudiantes, de los holgazanes que viven del gobierno a cambio de salir a lucir el color rojo cuando la cosa se pone sería. Definitivamente esto del Socialismo solo es para los países con plata, aplicable en Europa, pero no aquí, no en Sudamérica, en este cagadero de ignorancia sin dinero, donde creen que poniendo este sistema van a ser superiores a los putos yankees; y no es que me ponga del lado de la Derecha o Ultra-Derecha, a ellos les tocará su hora también, porque fueron los que crearon este lío, por eso prefiero estar en el medio.

- , eso no es un homenaje y me siento culpable por ello, putamente culpable. Que bello sería que los homenajes se hicieran cuando uno esta vivo, pero como esta humanidad piensa al revés, esperan a los cementerios para hacer un homenaje. Solo se salva uno y por eso lo admiraré toda la vida, solo se salva Bob Dylan, nadie más. Bob Dylan si sabe que es que alguien le diga que es un putas y vivió para escucharlo, Bob Dylan nunca sabrá que es recibir un homenaje por su aporte al arte desde el otro lado, el capullo estuvo aquí y por eso lo defiendo.

Morir sigue siendo algo tan misterioso, algo intangible, algo inanimado. De esto solo queda la ausencia y la tristeza, nada más. Ahora reflexiono, y me doy cuenta que el gran temor de todos no es morir, sino que no tenemos ni idea de que pasa más allá. No hay nada, absolutamente nada que confirme que hay. Ni la música, ni los libros, principalmente los putos libros, me cago en los putos escritores que se atreven a hablar con aquella confianza como si se las supieran todas, no hay razón para que hablen de eso, mediocres.

Compro una botella de Ron y me pongo a beber, recordando al gato y escuchando música para joderme la cabeza esta noche. Ojala todo fuera tan fácil como lo dicen en la primaria: Nacer, crecer, reproducirse y morir; mediocres, debería ser reevaluado ese trabalenguas por: Nacer, crecer, follar y morir; que se enseñe a colaborar con el fin de esta sociedad aportando el hecho de no reproducirse. Que habrá pensado el gato de mí, de ellos, de nuestro comportamiento. Al menos el gato no supo que es ir de los cumpleaños a las primeras comuniones, de ahí a las fiestas y las graduaciones, luego los matrimonios y divorcios, y después los cementerios.


Los momentos, los recuerdos eso queda en el que vive y eso no queda en la tierra, queda en el aire, en la primavera
¿La relación del tiempo, existe allá el tiempo?
La muerte del recuerdo
Saber el momento y poder hacer algo lindo
Los homenajes y Bob Dylan
No queda nada, solo guerra por dinero
La alegría se enseña, pero se la lleva y ella no se dio cuenta y fue injusto
Que vaya y se la folle un pez...

Christian Rodríguez
1980-2009
En memoria de Christian , su vida y el Rock N´ Roll...


5 de noviembre de 2008

FACETAS / AEROPUERTOS I

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Airports I (Front), originalmente cargada por Anti-Letrista.

En días como hoy me hace falta mi casa es así de simple. Me busqué esta vaina, este momento y así mismo debo aceptarlo, zazz se acabó. Pero es imposible no poder sentir esta sensación de desespero, aceptándolo o no, viajar tiene su lado aburrido, sobretodo en instantes como este, en los que estoy metido en una fila de mierda hacia el counter de un aeropuerto.


La vaina es muy simple, cualquier parecido entre un aeropuerto y una procesión de viernes santo es pura coincidencia. Una cantidad de peregrinos a marcha de tambor esperando a que el lento del counter lo atienda a uno, pero tranquilos que solo es el inicio, después del counter sigue la procesión rutinaria de inspección y emigración por cortesía de la paranoia estúpida de gringos y esquizofrenia extremista, partida de huevones. Cuando me entra el desespero me doy cuenta que mi imán de problemas a activado el radar de la paranoia de la policía antes de lo previsto, ese imán es provisto de mi mal genio, pasaporte colombiano, cabello largo y desordenado, blue-jeans rotos y el simulador de la guitarra invisible de mis manos al escuchar ‘Phantom Lord’ de Metallica en el reproductor de música.

Este chirrete de policía dice una mierda en español que ni le entiendo, así que le digo que me repita que no le entiendo nada, y de nuevo vuelve a pasar… ¡VOCALICE! Estas son las penumbras de la lengua que te tienes que aguantar fuera de Colombia. Me aguanto a cualquier provinciano ajeno a Bogotá, porque se le entiende, pero aquí, donde estoy en este momento, la S la pronuncian como SSS, y la Y la pronuncian como SH y fuera de todo se comen las palabras como los costeños. Al final me dejo de hacer el huevon y dejo que el tombo revise la maleta; adelante, ensúciate las manos con mis calzoncillos sucios. El so-mamón este la ha abierto, ha revisado mis cosas de aseo, desorganizando mi maleta, tocando mis calzoncillos sucios, para concluir que no era más que puta paranoia. Cierra la maleta y regreso a la fila. En ese instante observo lo acabada que esta mi maleta, recuerdo que era de mi papá, y cuando decidí largarme me apropie de ella. Papá, como te extraño, extraño las charlas, la admiración, la risa, el postre de los domingos, la cantaleta, la cerveza con los tíos, la lavada del carro, tu compulsiva manera de fumar, me haces falta viejo, mucha falta.

Regreso a la procesión hasta que por fin me atiende una guarra gorda en el counter.

“Passsaporte por favor. ¿Trae alguna sussstancia liquida o cremosssa en su equipaje de mano?”
“No. Todo el licor va en la maleta grande, por favor póngale la etiqueta de delicado” – Digo seriamente.

Estoy que me cago de la risa en este instante, de igual forma se mezclan las ganas de ir al baño, creo que he activado el imán de problemas de nuevo. La gorda me mira de la forma más inexpresiva posible, como si me tuviera rabia o lástima, lo siento, aguantarme no es fácil.

“Pasillo por favor”
“No tengo ubicaciones de passsissho”
“Entonces ventana por favor”
“Esss un vuelo muy ssheno y lo único que puedo asssignarle es el medio”
“Busque bien por favor. He llegado 3 horas y media antes para que usted me venga a decir eso, aparte que tengo el tiquete comprado desde hace 2 meses, así que por favor verifique”

Esta vieja esta que me pone la mano encima, lo apuesto, ya no es inexpresiva, ahora tiene una cara de pólvora que esta que estalla. ¡Punto para Johnny!

“He encontrado una silla para usted, por favor passse a la puerta de abordaje número ocho, su silla la 27C”
“Gracias” – (Mierda)

Termina la primera parte de la procesión, entro al baño, hecho una orinada muy extensa producto de la cantidad de cerveza que bebí anoche en un pub en el centro de Buenos Aires y procedo a la segunda parte de la procesión, Emigración. La fila está larga pero no para preocuparse, lo que realmente me aburre es mi próximo destino, la fila, inspección e interrogatorio de Inmigración, eso si es una mierda, producto de mi pasaporte Colombiano, el absurdo tricolor del cual muchos se enorgullecen, yo no, ni de ningún lugar en el que he estado, he llegado a odiar a los blancos tanto como a los negros. Empiezo a detectar cierto olor nauseabundo y horrible, proveniente de dos franceses que se encuentran adelante mío, creo que la gente del primer mundo ha olvidado completamente la definición de desodorante y crema dental, deberían encarcelarlos por malolientes. Mi turno apunta a la ventanilla número nueve. Me acerco al interrogatorio del inspector de la ventanilla.

“Buenos días”
“Hola, ¿Cual fue el motivo de su viaje?”
“Vacaciones” - (Mierda, vine porque me auto-exilie para olvidar y calmarme, porque estaba jodido si seguía con el modelo de vida que escogí)
“OK, por favor continúe con la sala de abordaje que le fue asssignada” – El tipo pone el sello y me largo en silencio.

Esta procesión fue más fácil que siempre, decido poner algo de Led Zeppelin, ‘Ramble On´ es la canción elegida. Compro cuatro cervezas y me doy cuenta que ya estoy en el dutty free del aeropuerto. Dutty free, tiendas libres de impuestos, adelante humanidad acaben con su efectivo y tarjetas de crédito, aquí no se pagan impuestos, aquí no es America por un instante.

Abro la primera lata de cerveza, están frías. Creo que beberé lo más rápido que pueda estas privas, a ver si me pongo algo pedo antes de subirme al avión. Debería permitirse a las personas nerviosas como yo subir completamente borrachos a los aviones. Son un puto peligro, preferiría cien veces hacer un viaje por cualquier otro medio, menos por un avión. Son los medios de transporte más peligrosos que hay. A mí quien me asegura que los motores de esa vaina funcionan al 100% bien, o que a mi avión no lo han declarado en emergencia y esa información no salga de la cabina del piloto. Aún peor, a mí como ingeniero me aterraría la idea que llegue a fallar el control digital o sensor de alguna funcionalidad de ese aparato, en resumen, detesto volar. No lo se, pero en ese tipo de medios la desconfianza es absoluta, y algunos se atreven a afirmar que es el medio de transporte más seguro, ridículos.

‘Babe, I’m Gonna Leave You’ de Led Zeppelin, creo que debo cambiar está canción. En este instante del día empiezo a sentir ese vacío emocional que siento desde hace más de un año, está etapa del día se llama Depresión, selecciono la siguiente canción en la lista y creo que el resto del día va a ser el mismo para mí, gris. ‘The Rain Song’ trata de dar un cambio, pero lo único que consigo es deprimirme más, abro la segunda lata de cerveza y me voy a dar una vuelta por el aeropuerto.

Observo gente preguntando, corredores, multitudes, congestiones, gente muy acompañada, grupos, parejas, algunos apurados, otros no, pero no es mi caso porque estoy putamente solo en este lugar. Aeropuertos, lugares fríos, grises, solitarios, con sus extensos pasillos en forma de hospital mental, donde te alejas y te alejas y no queda ninguna huella de que estuviste allí, excepto en tu pasaporte.

“KKSSSSHHH ULTIMO LLAMADO PARA PASSSAJEROS DEL VUELO AA5506, KKSSSHHH POR FAVOR INGRESSSAR A LA PUERTA DE ABORDAJE NÚMERO 29”


Sigo bebiendo de mi cuarta lata de cerveza, y sigo repudiando este lugar cuando llega el remate final, la estocada musical del día, ‘No Quarter’ de Zeppelin me da una clavada instantánea que pareciera que me fuera a derrumbar en este lugar de lo deprimido que estoy. Me deprime aún más el recuerdo del aeropuerto el día que me fui, cada aeropuerto que piso me transporta a ese instante en que me despedí de mi papá y de mi mamá, me fulmina el instante. Despedidas, para eso sirven los aeropuertos, para despedirse. Observo como algunos se despiden de otros en las salas de abordaje, como otros a lo lejos se ven en el cristal desde la puerta de emigración, esperando que aquel que se aleja regrese y no se vaya. Como algunos caminan sin mirar atrás, traspasando ese corredor de hospital mental, unos contentos, otros llorando, pero no es mi caso porque estoy tan putamente solo aquí, no tengo quien me despida, porque a mi ya me despidieron, mis viejos, ese abrazo de mi papá y el beso de mi mamá, esas palabras de aliento - “Todo va a salir bien” – ya las tuve. Y sigo exiliándome, yendo una y otra vez más, buscando una respuesta del porque me cansé, del porque necesito un aire, un olvido del último año, culpo a algunos y a ella también, lograron su cometido, exiliarme.

“KKSSSHHH ULTIMO LLAMADO PARA EL SEÑOR JOHNNY ROKKSSSHHH, CON NUMERO DE VUELO AA5506, EL AVIÓN ESTÁ A PUNTO DE SALIR”

CARAJO. Y yo perdiendo el tiempo, pensando como un huevon. Prendo a correr, como muchos lo hacen aquí, los demorados, en mi caso, los huevones que se ponen a pensar y a beber. Llego al momento previo que cierren la puerta de ingreso al avión. Ingreso, acomodo la maleta de los libros y la música. Pido otra cerveza para los nervios a la azafata y me pongo a pensar en mi futura vivencia temporal en una nación socialista, mi próximo destino.




Kingston, Jamaica. Julio 2008

A las oportunidades...

26 de septiembre de 2008

FACETAS / SOCIEDAD


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Sociedad - Front, originalmente cargada por Anti-Letrista.

Detesto los días como hoy, detesto este sector de la ciudad, detesto este tipo de momentos, este tipo de situaciones, estas circunstancias, detesto esta parte de la sociedad que me lleva a este instante, a esta escoria, eso es lo que eres, escoria, te detesto, puto ladrón del centro de la ciudad, he llegado a detestar el golpearte.


El desgraciado chilla como un mono en una jaula cuando tomo su muñeca por sorpresa y la doblo por la espalda, en ese momento yo soy su depredador y su verdugo, Batman me queda en pañales a la hora de partirle la boca a estos desgraciados ladrones, escoria, eso es, así te vas a llamar hoy amiguito, E-S-C-O-R-I-A.


Este cabrón no tiene porque estar robando a una anciana, que vive de vender empanadas por la séptima, aquí en el centro de la ciudad, por eso no dude en darle un puñetazo en la quijada, lo cual envió a mi amigo Escoria a desplomarse en el pavimento, luego invitarlo a que conociera la punta de mis botas Dr. Martens negras 10 hojuelas que muchos envidian mientras lo pateo en el suelo. En este momento es cuando les doy el discurso de siempre a estos imbéciles, que no se vuelvan a cruzar por mi camino, y mucho menos si los encuentro en la calle robando a la gente porque la próxima vez no seré tan suave; pero para sorpresa mía mi amigo Escoria se levanta del piso, asustado se aleja unos metros y me grita:


“Tranquilo punkero, que la próxima vez nos encontramos, pero no voy a estar solo. Porque lo que les gusta a ustedes es que los correteen por la calle, ¡Punkero podrido!”


¿Acaso Escoria ha enloquecido? ¿Le consta que soy un podrido, AH? Ahora si la regaste Escoria, no sabes quien soy, porque el hecho de tener una cresta, pantalón remangado y unas botas no me señala como podrido y aquí vamos a hacer una pequeñísima diferencia, yo estudio, trabajo y vivo mi vida de una manera honesta y feliz, no soy un podrido, solo tengo mis ideales, el puto yo, Camilo, anda solo y vive solo. Le hago un repaso, como en la primaria, de que son mis nudillos en su nariz. Cae en el suelo, lo agarro de su mugroso cabello que hasta mal huele, ¿será coincidencia, E-S-C-O-R-I-A?


“Muerda el anden hijueputa, ¡MUERDALO!” – Le grito a Escoria.

“¡No! Punkero huevon, no lo voy a hacer, sígame golpeando que al primero que jode la policía es a usted Ha ha ha ha”


En serio, ¿este tipo puede estar tan loco? Debe estar drogado. No, tiene la razón, y con la mirada de la señora de las empanadas y los demás transeúntes que se encuentran alrededor, confirman que el sapo tiene la razón. La policía viene en camino, y al pendejo de Escoria no le van a poder probar nada, en cambio a mi me van a joder por golpear a un ladrón que estaba robando a una anciana, lesiones personales, eso no tiene lógica… jodido sistema. Agarro a Escoria mas fuerte del cabello, piso una de sus manos tratando de eliminar el soporte que ellas hacen contra el suelo, grita tendido boca abajo en la calle, solo con su sucia cabeza al aire coordinada por el pulso de mi mano; en ese preciso momento cuando grita, pongo la mitad de su boca contra el andén. Con la mano que me queda libre golpeo su mejilla y veo como algunos dientes de su sucia y maloliente boca salen a volar. Creo que se calmo el idiota, Escoria queda tendido en el piso. En ese momento un señor muy decente me dice que ya está bien, que lo dejara ahí y me fuera que viene la policía y yo iba a salir perdiendo. Tremenda paliza se llevo Escoria el ladrón. Me pongo de pie y a lo lejos veo que vienen dos policías, apostaría que son auxiliares bachilleres que están prestando el servicio militar, perdida de tiempo, jodido sistema insisto de nuevo. Me disculpo ante la gente que observo este desastre y me despido de la señora de las empanadas.


“¡Adiós monito! Muchas gracias, se me cuida” - Me dice la señora.


Me ofrece una empanada para que lleve como gesto de agradecimiento, me causó gracia el detalle, pero la rechazo, no busco ventaja de nada ni de nadie. Salgo caminando, rápido, muy rápido, confundido entre las calles, indiferente ante la gente. Dos minutos después entro en la estación de Transmilenio y tomo el primero que pasa sin fijarme. Odio el Transmilenio por los tumultos de gente, es muy lleno, pero parece que es mi día de suerte, esta casi vacío, me siento en una silla roja. Este Transmilenio siempre me recuerda a la película la Lista de Shindler, donde iba un tren abarrotado de judíos y el que manejaba era un nazi, ¡Tremendo sinónimo Transmilenio! Pregunto a la chica que se ha sentado al lado mío hacia donde se dirige este bus. Ella me responde que para la estación del norte de la ciudad, por la avenida Caracas, me sonríe. Es una chica linda, pero yo ya tengo mujer y está chica no es de mi tipo, es más bien del tipo que le gustan a Johnny, universitaria, linda, cabello claro, blanca, delicada y algo gomelita… de lo que te perdiste Johnny, para que, pero el nos ha hecho falta desde que se fue, mi buen amigo Johnny.


A medida que este aparato avanza y va parando por estaciones, se va llenando. Cuando pasamos por la calle 26 con avenida caracas, se sube una señora con un niño en brazos, me pongo de pie y le cedo el puesto, aunque debió hacerlo alguien que fuera en una silla azul, pero no me interesa ponerme a pensar en eso. Decido que voy a ir a tomarme un café, donde mi novia, Johnny y yo solíamos reunirnos los sábados en la tarde en un muy buen sector de la capital, cosa que siempre me disgusto, soy un punkero no un puto gomelo como lo era Johnny, pero él y Marcela siempre insistían y yo salía perdiendo. Llamo a mi novia al celular y le digo que nos vemos en el sitio en media hora, llegamos a negociar que en 40 minutos.


Para la altura de la calle 45 este Transmilenio esta lleno y noto que se ha subido un viejito. El bus arranca, y después de un minuto, nadie le ha cedido el puesto, ni siquiera personas que utilizan las sillas azules y no están ni enfermos, ni embarazadas, ni con niños en brazos y mucho menos son unos vejetes. Noto que un EMO, hace el papel protagónico de utilizar una silla azul y hacerse el huevon para no cedérsela al viejito. Exclamo con voz alta:


“Una silla azul para el señor, por favor” - Nadie responde, y el EMO sigue indiferente.

“Una silla ya sea azul o roja para el señor, por favor” – Expreso con tono más alto, pero obtengo la misma respuesta.


Ha pasado casi minuto y medio. ¡Jodida indiferencia de la gente! Observo que personas de silla roja tratan de hacer teatro para dar la silla, entre esas la chica que iba hace unos minutos a mi lado, pero esperando que alguien de silla azul la ceda. Lastima, ahora ya tengo a mi candidato, el EMO, aquel payaso disfrazado de negro, imitación absurda de un Punk, con penacho de peluquería en la cabeza y sombras en sus ojos, tratando de mostrar lo sufrido que es en este mundo y que por desgracia se hace el huevon para no ceder el puesto, yo le enseñare que es ser sufrido.


“Viejo, por favor cédale la silla al señor, usted va en una silla azul y el señor la necesita” – Lo digo de una manera muy amable.

“En la próxima estación se desocupa más el bus” – Me responde el sapo este sin mirarme a la cara.

“¡Y una hostia!, ¿es que no entendió?, el señor necesita el asiento, o quiere que se lo siente en las piernas maricón”


El EMO voltea mirarme, y se llevo menudo susto. Creo que el mamarracho ya ha conocido más de una cresta, pantalones remangados y botas, lo siento, no conoces mi estrella roja. Pone una cara de terror al verme, que creo que no había notado mi presencia, ni siquiera para responderme. El mamarracho con cara de susto se pone de pie y le cede el puesto al señor. Yo sigo mirando al EMO con cara de puño, pero prefiero dejar las cosas así.


“No fue mi intención, solo que estoy mal. Vengo de terminar con mi novia de toda la vida, estoy mal” – Exclama el EMO


Quedo sorprendido por la reacción del EMO, yo creía que iba a buscar pelea y para sorpresa mía fue todo lo contrario.


“¿Usted pretende que me llegue a afectar su tristeza? El hecho que este molesto no implica que tenga que cobrárselas con la gente” – Le recalco al EMO

“Lo se, discúlpeme, no quiero tener problemas con usted”

“No los va a tener, solo cambie su actitud, y porque no, su pinta también” – Casi suelto la carcajada, el mamarracho del EMO queda callado.


Ese es el libre ser de Camilo, ese tipo de afirmaciones que sacan ese animal radical que hay en mí, R-A-D-I-C-A-L-I-S-M-O. La libertad de decir y hacer las maricadas como me vengan en gana y al que no le guste pues que se joda, para eso defiendo lo que soy.


Un silencio absurdo se apodero de esta área del bus, noto que ya estoy llegando a la estación de la 85. Bajo, cruzo el puente peatonal, y en el momento de bajar cruzo miradas con un metalero. Al avanzar por la calle, noto que alguien grita mi nombre, pero me hago el desentendido, uno no sabe que loco pueda ser.


“¡Camilo!, ¡Camilo!, ¡Punketo!” – Exclama una chica


En ese instante decido voltear y mirar de quien se trata, y no precisamente por el Camilo, sino por el Punketo. Solo una persona me llama así, Punketo, no Punkero y es Johnny. Para sorpresa mía es la hermana de Johnny, Paola.


“Ole, que más, que cuenta”

“Bien, ¿y tú?, ¿Vas para el café?” – Pregunta Paola

“Si, voy para allá, me voy a ver con Marcela. Que ha sabido de su hermano, el pendejo ha hecho mucha falta, hasta para el plan cafecito”

“Pues no mucho, anda muy callado con todo el mundo, solo llama a mis papas todos los días, pero nadie sabe en que parte está”. – Explica ella – “Creo que necesitaba irse, lo entiendo, necesitaba un espacio, aquí estaba a punto de explotar, tú entiendes, mucha mierda en el medio. Estaba muy mal, al menos ahora dice que anda contento”.

“Me alegra mucho que este mejor, dígale que escriba, que aquí se le espera. Me imagino que llegará a buscar trabajo nuevo.”

“Si, yo creo. Conozco bien a mi hermano, y yo creo que viene con actitudes de cambio, si tanto se quejaba que no tenia vida, creo que buscara algo más relajado laboralmente”

“¿Y el otro problemita?”

“Tampoco. Ni se lo vaya a nombrar. La idea es que siga contento, así que ni le mencionemos el tema. Lo pasado, pasado como dicen por ahí”

“Si cierto. Bueno Paola, la dejo, tengo que verme con Marcela, saludos a todos y dígale a su hermano que se devuelva rápido. Chao”.

“OK, yo le digo; cuídate, chao”.


Me alejo de Paola y empiezo a caminar hacia el café, pienso de nuevo en las razones de la gente, como Johnny, para decir adiós y largarse de su entorno, desprenderse de sus vidas. De las razones de cómo los malos actos de la sociedad, de la gente, del trabajo, de quien amas te pueden llegar a afectar, de deprimirte, de hacerte ir lejos de tú familia y de tus amigos, todo con el objetivo de poder respirar un poco. Como Johnny lo expresaba, refiriéndose a la forma en que lo afecto la sociedad, aquella tarde, que estaba hecho una mierda; Culpando al trabajo de no dejarle tener una vida, culpando a la tecnología consumista, la cual guiaba a la sociedad a un mundo vacío, donde tu felicidad se basaba en tener y actualizar cosas, sino no eras nadie, por el puto interés de los demás. Culpándola a ella, por haber brindado confianza un día. Ese fue tú problema Jhonny, haber mezclado el amor, el trabajo y la sociedad a los problemas de tu vida diaria. Simplemente no lo aguantaste y explotaste. Recuerdo cuando te fuiste, escuchando en el bar de Gabo la canción ‘Society’, de Eddie Vedder, te levantaste ebrio de la mesa, y se lo gritaste a todo mundo, al coro de la canción:


"Society. You're a crazy breed; I hope you're not lonely Without Me.” 1


Sinceramente su gusto musical no me agrada, hubiera preferido un insulto de The Clash ó los Sex Pistols, que esa música la cual siempre le gusto. Pero esa canción fue su final, su despedida, su manera de decirle a todos que estaban jodidos, y lo peor de todo, es que nos afecto a muchos esas palabras, hasta a un Punkero como yo, que está metido en este cuento hace más de 16 años, luchando por la defensa de los animales, la lucha por los derechos de la clase obrera, el valor del trabajo, en contra del fascismo y los hippies; no lo hago por moda como los especimenes deprimentes que sueles ver en la calle, que se mandan a hacer una cresta en la peluquería más cercana porque la vieron en MTV, para hacerse pasar por malos y a la hora de frentear un lío salen corriendo detrás de papi y mami, caguetas, causando problemas, eso es lo único que saben, crear problemas y no enfrentarlos… niños.


Ahora, cada vez que veo algo injusto en la calle con la gente, con el ambiente ó incluso con eso que llaman amor, le hago más frente del que solía hacer en el pasado, a hacer que este mundo sea mejor, a que la sociedad no sea conformista y actúe conscientemente, gracias Johnny, pero también tengo muy claro, que esa despedida fue algo más, y es cuando regreses, no vas a ser el mismo… Que cagada.


“Caballero una requisa, mirando hacia la pared con cedula y libreta militar en mano” – Me toma de sorpresa un policía. Mierda. Siempre me pasa lo mismo, me cogen por sorpresa y preciso siempre que me paro la cresta.


Me acerco de frente al muro y el Tombo me empieza a requisar, buscando excusas, miradas, reacciones, lo más mínimo para joderme, por ser diferente, por ser un Punkero. Deberían es estar apresando a tipos como Escoria. Los policías suelen aprovecharse del débil, del mal vestido, del que anda en un carro feo y viejo para multarlo, o simplemente del que no les gusto, como es mi caso. Gamines de uniforme verde, es una lastima que muchos pensemos de la policía en ese modo, y no se trata de revolución, ni de rebeldía ni nada por el estilo; se trata de esto, de este preciso instante, donde se creen el puto Rambo con ese uniforme verde frente al débil, mientras el verdadero malo del paseo es al que le hacen la venia. No quiero referirme a todos los policías en general, solo a la parte de ellos que hacen que pensemos de este modo. A lo lejos veo pasar una caravana de escoltas, otra coincidencia, y pienso que deberían requisar es al político que llevan en su camioneta ultimo modelo. Y no una requisa como está, sino bancaria y homicida. A ver cuanto te has robado de mis impuestos, eso son ustedes, los cerdos, protegidos por estos gamines de uniforme verde. ¡Donde están los líderes para esta la sociedad! ¡Resistencia!


Ha pasado un rato, el Tombo no me deja ir, me mamé, a la mierda lo callado. Le pregunto al Tombo que si ya me puedo ir, después de mostrarle mi cedula, libreta militar y carnet de la universidad, en serio, vayan y jodan a los que deben ir a joder, no a nosotros, el futuro. Vayan y jodan a los fachos, a los ñeros, a los marihuaneros de los parques que se la pasan todo el puto día chupando vino barato y no hacen nada más que vagar, microbios.


Puto Johnny, me lavaste el cerebro, mejor me concentro en verme con mi novia, tomarme un café, honestamente quiero respirar, no mezclar las cosas al menos por hoy, pero me doy cuenta que hoy no me gané la lotería, sino una tarde de cacería, debido a que entre más avanzo, mas empiezo a mezclar las cosas y ahora mi furia recae sobre Morboso. Puta suerte la que tengo, Morboso es un espécimen el cual golpeo cada vez que veo con el objetivo de educarlo, ya he perdido la cuenta de los golpes que le he dado en mi vida, y creo que el también. El problema de Morboso no son las mujeres, sino el como las mira, las trata, las intenta tocar, su expresión y ante todo, su actitud de irrespeto y perversión hacia las mujeres; para el solo son seres para desvestir con la mirada y hacerle cuantas cochinadas se le ocurran. Recuerdo la primera vez que lo levante a golpes, fue en el barrio de Marcela al tratar de tocarle el trasero en la cigarrería, y se equivoco, porque yo tengo ojos en mi cresta y en mi espalda, soy el coco debajo de su cama, el monstruo que no debió cruzarse en la calle. Desde ese día le pego cada vez que lo veo, ya que la historia de mi novia no es la primera ni será la ultima entre las mujeres del barrio, y la misma gente del barrio me apoya que le pegue, en especial los viejitos los cuales se dan cuenta de los hechos y te cuentan todo en medio de varias gaseosas en la cigarrería. Jodida suerte, ahora me lo tengo que cruzar en la esquina del café, y lo peor es que noto a mi novia esperándome en la entrada. Morboso me ve y se hace el huevon, pero veamos el entorno, está caminando y veo que adelante van dos culicagadas que no deben ni haber terminado el bachillerato. Morboso prende a correr, pero en este momento yo soy un coyote, lo tomo por la espalda y lo desinflo de un puñetazo. Por hoy es suficiente, creo que la dosis fue aplicada. Por fortuna, todo paso inadvertido en el sector. A este espécimen no le digo nada, el entiende el mensaje.


Me alejo de el, pero la persecución me alejó una cuadra del café. Camino, llego a la entrada, Marcela sigue esperándome y me confirma que no se perdió el acontecimiento.


“Pensaba que no le ibas a pegar. Morboso llevaba rato dando vueltas por el sector y yo ya estaba alistando mi sombrilla. Creo que hoy estuviste suave mi amor.” – Dice Marcela.


La beso y entramos al café. Le comento los sucesos del día y ella me dice que debo calmarme, que ya me parezco a Jhonny. Solo pienso, en que ella tiene razón, debo calmarme, no ser otro súper-héroe, de pronto puedo encontrar algo de Kriptonita en el camino y no me gustará el resultado. Más bien debo enfocarme en ser un sobreviviente, en esta sociedad, en esta corraleja humana.





1. “Society Have Mercy on Me, Hope you're not angry If I disagree” es extraído de la canción “Society” interpretada por Eddie Vedder perteneciente al álbum “Into the Wild” de Eddie Vedder, escrita por Jerry Hannan.

J. Records 2007.


Dedicado a Andy Rotten

Bogotá. Mayo 2008

2 de septiembre de 2008

FACETAS / RABIA - Primer Encuentro

Descargue la versión PDF con Arte y dedicatorias de la siguiente dirección:
Rabia 1, originalmente cargada por Anti-Letrista.

Hoy es un día de los que quiero que terminen rápido. Apago el laptop, lo guardo en mi escritorio, bajo por el ascensor, le hago una seña a los vigilantes y salgo del edificio, quiero olvidarme de esta larga semana de trabajo ya que por fortuna es viernes. Me inundo en ese trafico de caos y ruido de Bogotá, noche que me lleva directo al Pub, el cual se encuentra en una de mis zonas favoritas de está ciudad, Chapinero; carajo, voy tarde y Alejandro va a estar molesto, siempre llego tarde a todos lados. Alejandro es mi mejor amigo, lo respeto por eso pero odio su puntualidad, su virtud me enferma, me molesta. No ha existido el primer puto día en mi vida que yo haya sido puntual, ya sea a una cita, ya sea laboral, con los amigos o con los colegas, nunca, a excepción de una persona, a la cual siempre le cumplí.

Llego al Pub, este tipo está sentado en la barra, por primera vez en mucho tiempo no me dice ni puñetera en gracia, por lo cual deduzco que el también acaba de llegar y me vale una mierda. Alejandro me saluda y el nota que estoy molesto. Pido una pinta de cerveza tipo Pilsen, muy fría le digo a la mesera, noto que no es Andrea, mi mesera preferida, la única razón por la que voy a ese lugar, una chica que se hace gustar por su forma de hablar, su forma de vestir, por su forma de ser y en resumen porque me gusta, me encanta su rostro y su cuerpo, su acento, realmente me enloquece esa mujer pero está noche fue la excepción, Andrea no está y para ser sinceros no me voy a quemar la cabeza pensando en ella. La otra razón por la que vengo a este Pub es por la cerveza, es muy buena la cerveza artesanal que sirven en este Pub, me gusta pedirla así, me siento como un obrero diferenciando la clase social en la que vivo, soy un Ingeniero; un cabrón explotado, encargado de que la Internet que te sirve para perder el tiempo en un Messenger, mirando los correos cursis que te envía tu novio o novia, o para mirar el amarillismo de los diarios siempre te funcione, en nuestro medio le llaman conectividad tiempo completo, yo me encargo hacer servir esa mierda tiempo completo y eso radica tiempo y sacrificios, por eso soy un obrero, porque trabajo igual de duro a ellos y por eso me siento como tal, la recompensa perfecta es una cerveza tipo Pilsen fría y más si me la bebo un viernes.

Este tipo de pub es algo relajado, donde no te cruzas miradas a todo momento con algún tipo loco. La música hace su parte, suena una vieja canción de Blondie, Atomic, veo que mas de uno empieza a disfrutar de la música y me uno a ellos, Blondie es la polla, pero esto es una alegría mentirosa ya que en estos lugares gracias a la madre tecnología, el random del reproductor digital de música para una canción puede ser el peor enemigo de la noche, jodida tecnología, ahora no es como en los viejos tiempos donde el responsable de poner la música se partía la cabeza toda la noche para mantener a la gente a gusto, ahora es simplemente automatización, carga un reproductor con cuanta música pésima puedes y pon a sufrir al resto de la clientela toda la noche.

Tengo razón en decirlo, no hay música buena por estos días. Los días del Punk, del Grunge y el Hard Rock ya pasaron. El Rock está muerto, lo dijo Jim Morrison, lo repitió Marilyn Manson y ahora el que toma la vocería soy yo… El rock está muerto. Por eso llegamos a sitios poco frecuentados como este, para poder recordar esas épocas musicales, para encontrar algo nuevo entre sonidos viejos o no explorados por mis oídos; en ese momento y solo en ese momento, el rock cobra vida temporalmente. Pero eso no lo encontraré está noche, tenlo por seguro.

Veo llegar por encima de mi hombro a Andrés, otro buen amigo mío. Al igual que Alejandro, estos dos tipos han sido mis amigos por mucho tiempo, muchos años, y puedo decir amigos, no son cualquier colega o idiota que te encuentras por la calle y los muy cabrones se hacen llamar tus amigos para después aplicar la hipocresía en contra tuya ante toda la existencia creada por Dios, o los 196 idiotas que se hacen llamar tus amigos en una puta pagina web donde sonríen como idiotas en una foto, y en realidad somos explotados por un cabrón capitalista; no, estos no, estos son mis amigos de diez o quince años atrás; amigos de estudio, de borrachera, amigos de pelea, amigos en la buena y en la mala como dicen por ahí, estos son mis amigos, los que te dicen no lo que está mal… sino lo que está peor.

Empezamos a hablar de la semana de trabajo, trato de evitar el tema, últimamente me he vuelto irritable con ese asunto ya que odio hablar de trabajo en horas no hábiles, me irrita, o al menos se ha vuelto una constante desde los últimos cinco meses, desde el final de una buena era para mi. ¿Porque mierda tengo que hablar de eso si acabo de dejar todo atrás en ese escritorio de la oficina, AH?


“¡Hablemos de otras cosas! ¡Joder!” - Digo yo.
“Tranquilo Jhonny, si le sacaron la piedra hoy en el trabajo, pues avísenos y no tocamos el tema” - Andrés nota mi descontento, se refiere a mi.


Un profundo silencio lleno ese instante y de forma natural empiezan los temas de películas y planes, donde en Bogotá a diferencia de muchos lugares de este país y del continente en mí humilde opinión, tiene miles de cosas para hacer; después se vienen los temas fuertes de mujeres: goces, conquistes o fracasos y futuras candidatas en la lista; de ahí vienen las discusiones musicales y recuerdos de viejos tiempos. Joder, hacen falta mujeres presentes en esta conversación, es el problema de ser un Rocker, me pongo molesto de nuevo por el solo hecho de pensarlo, puto ambiente de pub, puto modo de escape a los sucesos recientes de mi vida, esta ciudad no se presta para este ambiente, aquí los muy santurrones prefieren la música popular y ese ruido al que se atreven llamar “Música”. Miren a ver si se atreven a comparar el aporte musical que hizo Trent Reznor de Nine Inch Nails contra la basura que se hace llamar Reggaeton o las obras de Miles Davis contra la basura popular que hacen que este pueblo consumista escuche ese ruido hasta en el despertador cada mañana. El problema de esta ciudad es que no da para que las mujeres pertenezcan a este ambiente underground, a este tipo de cultura, y las pocas que hay metidas en este cuento ya andan embaladas con algún subnormal, así que en resumen… jodidos.

Voy por la segunda pinta, la cerveza esta al clima. Andrés se da cuenta de mi desagrado y la forma en que miro al cabrón de la barra. Mi amigo trata de poner un tema un poco más agradable, con el objetivo de borrar esa rabia de mi rostro. Rabia, que sensación más pura, sincera y libre, es como un sentimiento aferrado a mi corazón, lo siento, esta vez no lo lograste Andrés, esta vez voy a disfrutarla, feliz, como si fuera un caramelo, o un polvo con una mujer desesperada por sexo, de los largos, suave, tranquilo y a la vez acelerado y fuerte, entre más lo disfruto, más se me sube a la cabeza y simplemente exploto, como un orgasmo, eso es la rabia, una sensación pura, sincera, instantánea y contundente.


“¡Cual es su mala cara pelotudo! ¡Ya se parece a Olafo el de las caricaturas! ¡No se emberraque por maricadas Johnny!” - Alejandro me dice


En ese preciso instante los esfuerzos de Andrés se derrumbar de un soplo, y me concede mi deseo, explotar de rabia, por fin, estoy realmente encabronado, como cuando agarrabas a patadas el castillo de arena que habías hecho en la playa de niño y que no te gusto.


“¿Alguna vez te a gustado beber una cerveza caliente? ¡Es una mierda!” – Respondí aún más enojado a Alejandro.


Todo queda en silencio, incluso coincide con el silencio del cabrón de la barra cuando su puto reproductor digital fabricado en China se bloquea y el muy cabrón me voltea a mirar como si yo fuera el culpable de su momentáneo fracaso.


“Fresco viejo, que es lo que le pasa, yo se que superar esa mierda es difícil, que estos tiempos no han sido los mejores para usted, pero eso ya paso, ¿Porque esta de mal genio? Recuerde que es viernes y estamos bebiendo entre amigos” – Afirma Alejandro.


Tomo aire, quisiera romper el local a golpes con un bate de acero, así como he deseado romper la pantalla del computador, el carro cuando se decompone, al pedante que llega a molestar a mi escritorio todos los días, la tostadora cuando no hace bien su trabajo, a mi vecino ruidoso y a todos los flashbacks que me recuerdan cualquier vaina que coincida con toda la mierda de aquel momento, hace mucho, pero pareciera que hubiera ocurrido hace diez minutos.


“¿Realmente quiere saber porque estoy molesto Alejo?”
“¿Si, que le molesta?” - El muy incrédulo piensa que le responderé con una estupidez.


Tomo un sorbo de esa cerveza que parece lava ardiente y le respondo:


“Estoy molesto porque tengo problemas en el trabajo. Estoy molesto porque siento que no avanzo en este mundo debido a este capitalismo caníbal, con este marketing viroso. Estoy molesto porque necesito un aumento de salario para poder comprar el carro que quiero. Me molesta saber que quiero un carro para ser una ficha más en este mundo capitalista que acaba con el ambiente y se enriquece con el combustible que pago cada semana. Me molesta que estemos bebiendo mientras otros mueren de hambre en la calle. Me molesta que no haya mujeres en esta puta mesa esta noche, por el ambiente de mierda en el que prefieren estar, puto crossover. ¡Estoy furioso, porque no voy a echarme un polvo está noche por esta puta depresión que me impide tener una relación normal! Estoy rabón, porque mañana sábado tengo que madrugar a trabajar y no recibo ni una hora extra en mi salario, empleado de confianza dice el contrato. Me molesta que cada día sea exactamente el mismo de siempre y que nada va a cambiar, porque este lugar es muy pequeño para mis ambiciones y planes. ¡Maldita inmanencia! ¡Jodidas ganas de trascender! ¡Me molesta porque tengo rabia! Rabia de la pura, contra el mundo, contra ella, contra el equipo al que apoyo cada domingo en el estadio y que no gana un titulo hace veinte años. ¡Tengo rabia porque amo a la persona equivocada, a la que me hace más daño!, Estoy molesto, porque no saco nada ventajoso de esta conversación. Me molesta la música que ronda en estos tiempos, porque tiene de todo, menos armonía y arte. Me molesta que mis proyectos personales vayan a una velocidad sonica y que esta sociedad los detenga a su ritmo. Estoy molesto porque estoy pagando seis putos dólares por esta cerveza que sabe a mierda caliente y no se encuentre Andrea para que me la sirva. ¿Ahora si me entiende porque estoy molesto?, viejo amigo.”

Tomo mi abrigo y salgo del bar, llegando a la conclusión que no tengo nada más que hacer en este lugar, ni en Chapinero, ni en esta ciudad con esta sociedad de mierda. Ahora se perfectamente lo que quiero, irme, desaparecer; me largo, adiós a todos.



Medellín, Noviembre. 2007 / Sao Paulo, Brazil. 2008

Dedicado a la memoria del maestro Roberto "El Negro" Fontanarrosa.